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Médico
Fabricado principalmente a partir de maíz modificado genéticamente, el jarabe de maíz con alto contenido de fructosa definitivamente no es natural y definitivamente no es saludable.
Es probable que todos hayamos consumido jarabe de maíz con alto contenido de fructosa (JMAF) en algún momento de nuestras vidas. Es difícil escapar de esta azúcar que se encuentra en cereales, productos horneados, alimentos procesados, jugos y refrescos, entre una variedad de otros alimentos y bebidas de consumo común.
Existe un gran debate sobre el jarabe de maíz con alto contenido de fructosa frente al azúcar. Muchos partidarios del JMAF dicen que ambos son igualmente malos, pero no todos los edulcorantes son iguales cuando se trata de ganar kilos no deseados. Un estudio de la Universidad de Princeton encontró que el JMAF provoca más aumento de peso que el azúcar refinado.
Además, también se demostró que este conduce a aumentos anormales de la grasa corporal, especialmente en la región abdominal, así como a un aumento de los niveles de triglicéridos.
Una investigación publicada por la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer encontró que la fructosa en el JMAF promueve el crecimiento del cáncer, específicamente el cáncer de páncreas.
En realidad, este estudio encontró que las células cancerosas pueden metabolizar fácilmente la fructosa e inducir la reproducción rápida de las células cancerosas de páncreas. Los investigadores también encontraron que el metabolismo de la fructosa y la glucosa son muy diferentes, y que la fructosa causa más reacciones negativas para la salud que la glucosa.
Se sabe que la fructosa estimula la acumulación de grasa en el hígado al aumentar la síntesis de esta y al mismo tiempo bloquear su degradación. Cuando el JMAF ingresa al torrente sanguíneo, la fructosa liberada viaja directamente al hígado y sobrepasa la capacidad de procesamiento de este.
Esto luego, por un mecanismo llamado lipogénesis, causa una producción de grasa no saludable en tu hígado. Y, esto puede conducir a la enfermedad del hígado graso. Sin embargo, no se detiene ahí. Tener un hígado graso puede provocar estrés hepático grave, daño hepático, obesidad, prediabetes y diabetes tipo 2.
La ingesta alta de jarabe de maíz con fructosa está relacionada con niveles altos de colesterol. Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition encontró que solo dos semanas de consumo moderado de JMAF provocó un aumento de los niveles de triglicéridos y colesterol.
Datos recientes sugieren que el consumo de fructosa en humanos conduce a una mayor acumulación de grasa visceral. También encontramos, deterioro en la regulación del colesterol y los triglicéridos y disminución de la sensibilidad a la insulina. Y, todos estos efectos se han asociado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
La ingesta de fructosa a partir de azúcares agregados se asocia con niveles altos de presión arterial en humanos. El objetivo de un estudio publicado en Metabolism fue comparar los efectos de los refrescos endulzados con jarabe de maíz con alto contenido de fructosa frente a la sacarosa (azúcar de mesa).
Se encontró que los niveles máximos de presión arterial sistólica eran más altos cuando se consumían bebidas endulzadas con JMAF en comparación con bebidas endulzadas con sacarosa.
La hipertensión en respuesta a la ingesta de fructosa parece estar provocada por una mayor absorción de sodio en el intestino. También, con la inhibición de la función de los vasos sanguíneos sistémicos y la estimulación del sistema nervioso simpático.
La investigación muestra que en las personas tolerantes o no, a la glucosa, la fructosa provocó un aumento general tanto en el colesterol total como en las lipoproteínas de baja densidad (LDL). Lo que pone a una persona en riesgo de enfermedad coronaria.
La investigación realizada en el Instituto de Investigación del Hospital Infantil de Oakland encontró que la fructosa libre de JMAF requiere más energía para ser absorbida por el intestino. Además, absorbe dos moléculas de fósforo del ATP (la fuente de energía de nuestro cuerpo). Esto agota la fuente de combustible del intestino, necesaria para mantener la integridad de nuestro revestimiento intestinal.
Múltiples estudios han encontrado cantidades alarmantes de mercurio en productos que contienen jarabe de maíz con alto contenido de fructosa. Lo que puede contribuir a una peligrosa intoxicación por mercurio.
Sabemos que el mercurio es extremadamente tóxico para nuestros cuerpos y es especialmente perturbador para un niño en desarrollo estar expuesto al mercurio. El mercurio tiene efectos negativos sobre el hígado, los riñones, el cerebro y otros órganos internos.
Algunas de las mejores alternativas incluyen edulcorantes verdaderamente naturales como la miel cruda y el jarabe de arce. Cuando estés leyendo las etiquetas de los ingredientes (que espero que hagas), busca estos edulcorantes naturales y aléjate de cualquier cosa que contenga jarabe de maíz con alto contenido de fructosa.
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