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Médico
La diverticulitis puede ser una perturbación dolorosa y molesta en tu aparato digestivo, en casos graves, te pueden no solo hospitalizar sino operarte por las complicaciones de ella.
Los dieta y otros factores de riesgo pueden aumentar tus probabilidades de desarrollar diverticulitis, especialmente después de los 40 años.
Por el contrario, seguir una dieta y cambiar tus hábitos de vida pueden ayudarte a aliviar los síntomas de forma natural.
La diverticulitis ocurre cuando tienes una o más bolsas, o sacos, en la pared del colon, pero estos se han inflamado. Estas pequeñas bolsas (llamadas divertículos), se localizan con mayor frecuencia en tu colon sigmoide.
Cuando se forman las bolsas, se llaman diverticulosis, que generalmente no causan ningún síntoma. Pero cuando estas se inflaman o se infectan, pueden provocar complicaciones graves y hospitalización.
Aunque la mayoría de los personas no tienen síntomas, entre el 10 al 25 por ciento si los tienen. Y, dentro de ellos encontramos dolor abdominal, fiebre y aumento de leucocitos, tan graves, que te tengan que hospitalizar.
El síntoma más común es dolor en el lado inferior izquierdo del abdomen causado por las bolsas inflamadas. Es un dolor severo que aparece de repente, y la intensidad del dolor puede variar. Además, tienes periodos en los que empeoras y en otras ocasiones no tienes molestias.
La diverticulitis aguda se caracteriza por inflamación, microperforación y formación de abscesos, un 25% de los pacientes vuelven a tener molestias.
Las personas son más propensas a desarrollar diverticulosis y diverticulitis a medida que envejecen.
La investigación también sugiere que, entre las personas de 50 años en adelante, las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar diverticulitis. Sin embargo, entre las menores de 50 años, los hombres son más propensos a desarrollar síntomas.
Durante las últimas cuatro décadas, los investigadores han estado examinando el papel de la fibra en el desarrollo de la enfermedad diverticular.
Investigaciones recientes muestran que la fibra que se encuentra en las frutas y verduras tiene un efecto protector. Mientras que, un alto consumo de grasa total y carne roja aumenta la incidencia de la enfermedad diverticular.
Para reducir tu probabilidad de desarrollar diverticulitis, come al menos 20-30 gramos de fibra por día, sobre todo la que se encuentra en frutas y verduras.
Los alimentos ricos en fibra, como la linaza, el salvado de avena, la espinaca y el pepino, pueden ser especialmente útiles.
Aumenta tu consumo de alimentos antiinflamatorios. Como: verduras de hoja verde, apio, remolacha, brócoli, arándanos, nueces, semillas de chía y aceite de coco.
La inflamación es la característica principal de la diverticulitis, por lo que agregar estos alimentos ayuda a reducir los síntomas de esta enfermedad.
Aunque se ha aconsejado evitar las nueces, granos, maíz o palomitas porque se creía que permanecían alojadas en el divertículo. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que el consumo de estos al menos dos veces por semana reduce el riesgo de diverticulitis. Tanto como, en un 20 por ciento para las nueces y en un 27 por ciento para las palomitas de maíz.
Come alimentos probióticos, como el kimchi, el chucrut, el natto, el yogur y el kéfir. Los probióticos se deben agregar a tu dieta para ayudar con la sensibilidad a los alimentos y aliviar problemas como estreñimiento, gases y distensión.
Un estudio de casos y controles examinó 86 pacientes con diverticulitis y 106 controles. Los investigadores encontraron que las personas que consumían carne roja al menos una vez al día tenían un riesgo 25 veces mayor de desarrollar diverticulosis en comparación con aquellos que comían carne roja menos de una vez a la semana.
Un estudio transversal encontró que las personas que consumen alcohol tienen un riesgo de desarrollar diverticulosis 2,2 veces mayor que las personas que no consumen alcohol.
Un estudio con 15 pacientes con enfermedad diverticular no complicada, se les administraron probióticos. Se encontró que las remisiones eran más largas y los síntomas menos severos.
El aloe vera, en forma de jugo, ayuda a la digestión, normaliza los niveles de pH, y fomenta la salud de las bacterias digestivas.
Se recomiendan alrededor de 12-16 onzas de jugo de aloe vera (que no contiene látex de aloe), que puede irritar aún más tu sistema digestivo.
La raíz de regaliz reduce los niveles de ácido estomacal y actúa como un laxante suave, que puede ayudarte a limpiar el colon. También aumenta la bilis, ayuda a la digestión y reduce los espasmos y la inflamación en el intestino.
La investigación muestra que aumentar el ejercicio puede asociarse con un riesgo menor de desarrollar síntomas de diverticulitis. Y, que, el sobrepeso es un factor de riesgo para desarrollar una enfermedad diverticular.
Un estudio transversal encontró que la probabilidad de diverticulosis fue un 30 por ciento mayor entre los fumadores.
La investigación sugiere que el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides crónicos es casi dos veces más común en pacientes con enfermedad diverticular que en controles sanos.
El primer paso para reducir tus probabilidades de desarrollar diverticulitis es aumentar el consumo de fibra. Pero, mucho cuidado con tomar demasiada fibra puede causar que empeoren los síntomas, como diarrea, gases o distensión.
Es mejor aumentar gradualmente el consumo de fibra para evitar estos problemas digestivos.
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