Grasa Visceral, por qué es tan peligrosa

La grasa visceral es especialmente peligrosa porque, como descubrirás, también cambian la forma en que tu cuerpo opera.

La mayoría de las personas ven la grasa corporal como relativamente inofensiva, simplemente algo de lo que quieren deshacerse para verse y sentirse mejor. Pero, el exceso de esta y la obesidad son en realidad algo más que un problemas estético.

¿Qué es la grasa visceral?

Es técnicamente exceso de acumulación de tejido adiposo intraabdominal. Es similar a un gel que en realidad está envuelta alrededor de los órganos principales, incluyendo el hígado, el páncreas y los riñones.

Si tienes un abdomen sobresaliente y cintura grande, es una señal clara de que la estás almacenando. Claro que es más notable y pronunciado en individuos obesos, pero cualquier persona puede tenerla, muchos sin siquiera saberlo.

Es especialmente peligrosa porque, como descubrirás, estas células adiposas hacen más que sentarse allí y hacer que tus pantalones se sientan apretados, también cambian la forma en que tu cuerpo opera.

Tener exceso de grasa visceral está relacionado con un mayor riesgo de:

• Cáncer
• Enfermedad coronaria
• Demencia
• Diabetes
• Depresión
• Artritis
• Obesidad
• Disfunción sexual
• Trastornos del sueño

La grasa visceral se considera tóxica y provoca un doble problema en el cuerpo porque es capaz de provocar inflamación. Además de moléculas de señalización que interfieren con las funciones hormonales normales. De hecho, actúa casi como su propio órgano ya que es capaz de tener un impacto tan grande en el cuerpo.

Ahora sabemos que el tejido graso en sí actúa como su propio órgano bombeando hormonas y sustancias inflamatorias. Almacenar exceso de esta alrededor de los órganos aumenta la producción de productos químicos proinflamatorios. Al mismo tiempo, interfiere con las hormonas que regulan el apetito, peso, estado de ánimo y la función cerebral.

6 riesgos de altos niveles de grasa visceral

#1. Aumento de la inflamación

Una preocupación importante es que la grasa visceral produce moléculas hormonales e inflamatorias que se vuelcan directamente en el hígado. Lo que conduce a más inflamación y reacciones que alteran las hormonas. Si tienes más grasa almacenada de la que necesitas, especialmente alrededor de órganos viscerales, tu cuerpo se inflama y tu metabolismo sufre.

Además, esta se inflama a sí misma mediante la producción de interleucina-6, un tipo de molécula inflamatoria. Por lo tanto, almacena glóbulos blancos inflamatorios e inicia una serie de reacciones autoinmunes. Mismos que están relacionados con el deterioro cognitivo, artritis, diabetes y así sucesivamente.

#2. Mayor riesgo de diabetes

También se cree que juega un papel importante en la resistencia a la insulina, lo que significa un mayor riesgo de desarrollar diabetes. Algunas pruebas sugieren que las mujeres con cuerpo en forma de pera están mejor protegidas de enfermedades metabólicas como la diabetes en comparación con las personas de abdomen grande.

A pesar de que los hombres son más propensos a almacenar niveles altos de grasa visceral, las mujeres también están en riesgo. Reducir la grasa visceral a través de una dieta saludable es uno de los tratamientos naturales de diabetes más importantes que hay.

#3. Hace que sea más difícil perder peso

Las personas aumentan cada vez más de peso, y una de las principales razones es que la grasa corporal almacenada afecta los niveles del apetito. Puede parecer difícil de imaginar, pero tu metabolismo se rige en gran medida por tu nivel de grasa almacenada. La grasa se mete con nuestro apetito y hace que sea más fácil comer en exceso debido a los cambios hormonales que tienen lugar.

Niveles más altos de insulina también promueven la conversión más eficiente de nuestras calorías en grasa corporal. Comer carbohidratos refinados, a diferencia de los complejos en su estado natural como verduras y frutas, puede cambiar el «punto de ajuste» del cuerpo para que el peso corporal aumente.

El «punto de ajuste» es básicamente el peso que tu cuerpo trata de mantener a través del control de los mensajeros hormonales del cerebro.

#4. Mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares

Las citoquinas inflamatorias generadas por la grasa son los principales contribuyentes a las enfermedades cardíacas y otros trastornos inflamatorios. Cuando el cuerpo se inflama, el hígado se siente abrumado por el colesterol y las toxinas, lo que conduce a la acumulación de placa en las arterias.

La grasa visceral se asocia con un mayor riesgo de marcadores de enfermedades cardiovasculares como triglicéridos altos, presión arterial alta y colesterol alto.

#5. Más probabilidades de combatir la demencia

Un creciente grupo de estudios apunta al hecho de que hay un fuerte relación entre la obesidad, la enfermedad vascular, la inflamación y el deterioro cognitivo, incluida la demencia. De hecho, parece que el exceso de libras en el cuerpo equivale a menos volumen cerebral y, por lo tanto, una función más pobre en la edad avanzada.

Las investigaciones muestran que las personas con abdomen más grande tienen un mayor riesgo de demencia que las que tienen abdomen más pequeños. Cuanto más grande es el abdomen (o la relación cintura-cadera de una persona), más impacto negativo se siente en el centro de memoria del cerebro llamado hipocampo.

De hecho, muchos expertos ahora sienten que los niveles de tejido adiposo visceral (VAT) en lugar del IMC deben considerarse como un factor de riesgo importante en el desarrollo de la demencia. 

#6. Mayor probabilidad de tener depresión y cambios de humor

Dado que el exceso de grasa corporal está relacionado con cambios hormonales, incluyendo los de serotonina, galanina y otros neurotransmisores cerebrales. Este exceso puede afectar negativamente tu estado de ánimo.

La depresión está especialmente asociada con un mayor almacenamiento de grasa en las mujeres, por lo que podría ser crucial para las mujeres hacer un cambio en el estilo de vida.

5 pasos para reducir el riesgo de almacenar grasa visceral

#1. Reducir el azúcar y los carbohidratos refinados

Ya sabes que la insulina es una de las hormonas más importantes del cuerpo, y la dieta controla su liberación. La insulina nos ayuda a llevar el combustible de los alimentos a las células para obtener energía. Cuando una célula es normal y saludable, tiene un alto nivel de receptores de insulina, por lo que no tiene ningún problema en responder a ella. Pero cuando una célula se expone a altos niveles de ella a través de la presencia continua de glucosa alta, el sistema se descompone.

Demasiada insulina significa que las células comienzan a hacer algo para adaptarse: Reducen el número de receptores sensibles a la insulina, lo que en última instancia conduce a la resistencia de la misma. Debido a que consumir demasiados carbohidratos refinados provoca picos insulina, reducirlos es el primer paso para reequilibrar las hormonas de forma natural.

#2. Come verduras, grasas y proteínas sin almidón

En general, queremos apuntar a comer alimentos reales y ricos en nutrientes. Esto significa evitar los alimentos envasados y la presencia de ingredientes artificiales, toxinas y antinutrientes.

También queremos comer un montón de grasas saludables, incluyendo aceite de coco, aceite de oliva extra virgen, pescado, frutos secos y semillas. Que tienen efectos beneficiosos sobre el equilibrio de insulina, probióticos, y prebióticos. Además, las proteínas también son importantes para reducir el hambre y reducir los picos de insulina. Las proteínas saludables incluyen pescado silvestre, carnes, huevos y lácteos.

#3. Hacer ejercicio regularmente

Hay un montón de beneficios documentados de integrar la actividad física durante todo el día y minimizar el tiempo sedentario. El ejercicio nos ayuda a equilibrar la insulina y hace que nuestras células estén más preparadas para el uso de glucosa. Esto es crucial teniendo en cuenta que a medida que más grasa se empaca en el cuerpo, interfiere con la absorción de insulina en nuestros tejidos musculares.

Un estudio en The International Journal of Cardiology encontró que el entrenamiento de resistencia de alta intensidad indujo una pérdida de grasa visceral más rápida en adultos que el entrenamiento moderado. Sin embargo, prueba el tipo que mejor funcione para ti y mantenlo siempre.

#4. Reducir el estrés

La importancia del placer, el juego y la conexión social a menudo se pasa por alto cuando se trata de la pérdida de grasa. Pero sabemos lo importante que es romper el estrés con el fin de vencer el exceso de esta. El estrés desencadena la producción de cortisol e interfiere con el control del apetito, metabolismo, sueño y antojos.

También hay beneficios de la exposición al sol (que van más allá de la vitamina D) y pasar tiempo al aire libre para reducir el estrés, así que asegúrate de estar activo y pasar tiempo en la naturaleza.

#5. Prioriza el dormir bien

Los beneficios de dormir al menos siete a ocho horas por noche (y minimizar la exposición a fuentes de luz artificial) están bien documentados cuando se trata de control hormonal y de peso.

Un buen descanso restablece nuestro apetito y las hormonas del estrés, aumenta nuestro metabolismo, y mantiene los antojos lejos. Para conciliar el sueño rápido y dormir más, intenta usar aceites esenciales relajantes antes de acostarte, toma un baño, evita el exceso de cafeína y asegúrate de dormir en una habitación oscura y fresca.